El Gourmet Urbano: Gilda: vinagrillos y montaditos de autor

jueves, 7 de diciembre de 2017

Gilda: vinagrillos y montaditos de autor

En la calle de San Pablo se está creando una zona de vermuteo y el bar Gilda es uno de los que más está contribuyendo.

Sara Ruiz y Pablo Chueca, propietarios del bar Gilda, han hecho de los vinagrillos la principal razón de ser de este local. De alguna forma, han montado un bar que refleja sus gustos a la hora de tomar el vermú, así que lo han diseñado con mucho cariño.

Pablo Chueca y Sara Ruiz, propietarios del bar Gilda.

La gilda es su banderilla de referencia. Pero no es una gilda clásica ensartada como una brocheta. Sara y Pablo han apostado por mimar la aceituna recurriendo a la variedad gordal, grande y de textura suave y carnosa. Cada ejemplar lo abren por la mitad y rellenan la oliva con la anchoa y la guindilla picante para que, de esta forma, se integren mucho más los sabores de los tres productos. También existe una versión con piparra que no pica. Esta misma aceituna gordal se ofrece con otros productos como queso de cabra, langostillos o navajas.

Siendo la calidad de la oliva notable, no se queda atrás el arenque, que se emplea, por ejemplo, para preparar el ‘guardia civil’, acompañado con pan con tomate, pimiento y pepinillo. El lomo, limpio de espinas, llega a este bar desde una pequeña empresa artesana de Almería. Al margen de esta elaboración clásica, llama la atención la versión que incorpora guacamole y jengibre fresco rallado a la rebanada de pan, además del arenque y la oliva.

En fin, que el producto se mima mucho y, además, intentando apostar por no salir del barrio de San Pablo, recurriendo al pan del horno Pasquier o al vermú de Casa Perdiguer. Junto al ‘guardia civil’, otros montaditos que se ofrecen son de jamón batido o de paté de pimiento asado con nueces y boquerones. También se preparan con productos de temporada elaborando, por ejemplo, mermeladas de calabacín y naranja, culminadas igualmente por el arenque y la aceituna.

Las sardinas maceradas, que se pueden aliñar con una buena colección de picantes; el hummus de mejillones, que se presenta con escamas de pimentón o el curioso combo con salsa espinaler en el que se mezclan patatas, aceitunas, mejillones, boquerones... son otras opciones de este establecimiento. El bar es pequeño pero como invita a un picoteo rápido la rotación de clientes es grande, sobre todo el fin de semana, que es cuando hay más actividad.

Alejandro Toquero

Fuente: Heraldo.es

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