El Gourmet Urbano: Boca, fusión asiático-castiza. Sin complejos

domingo, 2 de julio de 2017

Boca, fusión asiático-castiza. Sin complejos

¿Hot pot chino de callos a la madrileña? ¿Cócteles con curry o con guacamole? Todo esto es posible en Boca, un local en el que se dan la mano la cocina fusión y los cócteles de autor

Fusión sin complejos. Mientras parece que poco a poco se empieza a renegar del término fusión’ -un tanto manoseado ya, todo hay que decirlo-, hay restaurantes que no se sonrojan y definen -y defienden- así su cocina.

Dumplings en pepitoria y Xiao Long Bao de tortilla de patatas

Es lo que nos pasa con Boca, un local que nos presenta una carta en la que el sudeste asiático y la cocina tradicional madrileña van de la mano sin complejos. Y una carta, también, en la que la propuesta de platos y tragos van igualmente de la mano. Tan de la mano que puedes elegir primero un plato y después buscar qué cóctel marida con él, pero también hacer el recorrido inverso.

Pad thai con su maridaje. O viceversa

La idea es la mezcla, la mixtura. Y, a partir de ahí, se mueve con soltura por tres conceptos diferentes: el street food de Camboya, Vietnam, Tailandia o Laos, con platillos tan ricos como el pad thai (14 euros), un guiso callejero de fideos de arroz con gambas; la cocina tradicional china (para los fans, no os perdáis el pato Pekín laqueado) y el rollo castizo, tan en boga hoy.

Nam chim de picaña y tudela

Y luego lo mezclamos todo.


De la mezcla salen dumplings de pollo en pepitoria, el xiao long bao de tortilla de patata (10 euros), el hot pot chino de callos a la madrileña (14 euros) y hasta un ramen de cocido Chamberí (14 euros). ¿Chirría la fusión? Quizás un paladar muy clásico arquee las cejas (y piense eso de que como los callos del Manolo, ningunos), pero quienes recibimos con alborozo las diferentes combinaciones de texturas y sabores vamos a encontrar en Boca, sin duda, platos de lo más interesantes.

Lubina estilo Tamsui cocinada en cuatro cocciones con majado al momento y hierbas frescas

Algo parecido sucede con los cócteles, diseñados y ejecutados por la joven bartender Debbie Mañas. Este no es lugar para darle al gimlet o al cosmopolitan. Aquí se juega duro, así que vais avisados. Un ejemplo de lo que os podéis encontrar: el Martín Garata tiene cachaça, mango... y curry. Y el curry, espolvoreado, se nota. Otro ejemplo más: el Wakaaaa: tequila, sirope de agave bio y... guacamole con crusta de nachos y tajín.

Boca Mary: vodka, lima, zumo de tomate, soja, kimchi casero y sal

Cocina fusión y cócteles de autor, todo ello en un entorno desenfadado que busca transportar al comensal a las calles de Asia. Estética inspirada en los puestos de street food, diseño industrial y vanguardia, en un escenario creado por David Zafra y que contribuye a poner la guinda en el pastel.

MARÍA CORISCO

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