Para comerte mejor... Sugerencias del Gourmet

Más que un decálogo o reglas de Carreño, en esta entrega sugiero sencillas acciones que pueden enriquecer el complejo arte de comer.

Foto: Archivo

Porque así como los cocineros son artistas ejecutando pequeñas obras efímeras, se necesita tener cierta actitud y un mínimo de conocimiento como público dispuesto a "sentir" esa pieza de arte. Comienzo con algunas recomendaciones:

• La principal: expectativa. Así como en el cine, la música y muchas cosas más. El construir una alta expectativa es un vicio que usted mismo genera y puede afectar en los aromas, sabores y experiencia de cualquier plato o lugar.
• No espere nada, no construya prejuicios. Entable diálogo con su mesero; aunque escasean, muchos están bien capacitados y pueden recomendarle una buena selección. Si es un lugar étnico o de una cocina particular (slow, molecular, vegetariana, etc.) pregunte mucho y déjese orientar.
• Si es la primera vez que va o es un restaurante de especialidades, observe. Mire lo que está servido en las otras mesas. Aproveche la visita al lavabo para ver los platos. De la vista nace el amor. Muy importante: huela. Para una experiencia completa y compleja, la nariz aporta decenas de "sabores" que solita la lengua no pueden ofrecer. ¡No olvide oler su comida!
• Algo que a mí me cuesta mucho trabajo: coma despacio. Yo sé que es muy complicado morder ese taco dorado de barbacoa con cebollita y salsa de tomate tatemada sin inmediatamente después atacar nuevamente. Es automático, es un reflejo animal de "saciar" el deseo, pero inténtelo.
• Con calma encontrará más complejidad de sabores. Al no tragar, detectará matices y maridajes que sólo aparecen con el lento triturar.
• Mi última recomendación podría pasar por polémica y exquisita, cuando consuma en un restaurante o plato de alta complejidad, algo así como un guisado de boda ranchero o uno de los restaurantes ubicados en los primeros 50 mejores lugares de su lista favorita, o si es la primera vez que prueba equis plato, acompáñelo sólo con agua.

La química de la mezcla resultante de su bocado, con cerveza, vino, licor, refresco, jugo o té, altera el sabor. O cuando menos empiece el plato sólo con agua y termínelo con su líquido preferido.

Ahora remato las recomendaciones con dos negativas esenciales: no le ponga sal, ni limón, salsa o cualquiera de su droga preferida en automático a un plato o bocado por conocer. Matará cualquier descubrimiento en sus inquietas papilas gustativas.

Y no coma "muriéndose de hambre", así sólo haría el acto de ingerir nutrientes a su cuerpo sin disfrutarlos. En ese estado se distorsiona el sabor, la paciencia en esperar la comida y la cordialidad en la humanidad.

glothon@mural.com

Fuente: Mural