El Gourmet Urbano: Maridajes punk: cómo el fast food se ligó a los vinos caros

jueves, 1 de septiembre de 2016

Maridajes punk: cómo el fast food se ligó a los vinos caros

¿Beber blanco con pescado y tinto con carne? Olvide todo lo que le han enseñado hasta ahora y atrévase a experimentar.

El vino blanco se sirve con el pescado, el tinto con la carne y el champán para brindar. De nuevo, otra de las grandes verdades sobre las que se ha cimentado el siglo XX se desmorona sin remedio. Las nuevas generaciones de sommeliers llegan sin prejuicios, decididos a romper con lo establecido y dispuestos a gritar al mundo que hoy lo que se lleva es tomar cava mientras comemos hamburguesas, o que los sorbetes ahora saben mejor con sidra de pera.

¿Hamburguesas con vino? ¡Pues claro que sí! © Burgers & Chateaux

Uno de estos expertos que no teme a las combinaciones estrafalarias es Arnau Marco, creador de Consultvi y todo un experto en maridajes punk. Él nos ha asesorado sobre combinaciones osadas y efectivas en materia de cocina y vino, además de instarnos a perder el miedo a combinar a nuestro antojo y, sobre todo, a atrevernos a romper con lo establecido.

HAMBURGUESAS CON CAVA


Eso de beber solo cerveza o refrescos cuando se comen hamburguesas es cosa de aquellos tiempos en que solo había dos canales y José María Íñigo lo presentaba todo. Porque una carne grasa y consistente como esta es una compañera ideal de un cava o champán brut, "con un dulzor equilibrado y una burbuja que nos va a ayudar a limpiar la boca", afirma Marco.

HOT DOGS CON PROSSECO


Llámelo así, llámelo salchicha Frankfurt o, mucho mejor, llámelo perrito caliente. Y úntelo bien de salsas de todo tipo. Pero una vez compuesto ese Kandinski del fastfood casero, escoja para acompañarlo un buen Prosseco italiano. Un vino espumoso seco o extraseco, muy fresco, cuya burbuja, como en el caso del cava, nos va a ayudar a limpiar la boca de esa explosión de furor salsero que nos hemos preparado para cenar.

NUTELLA CON GARNACHA DE L'EMPORDÀ


Llega un momento en la edad adulta en el que uno aprende a base de golpes que la combinación entre una crema de cacao y un batido de chocolate resulta ligeramente empalagosa. Es cuando comienzan a probarse nuevos maridajes y se descubre que un vino dulce como la Garnacha de L'Empordà puede sentarle a las mil maravillas al chocolate. Es un vino licoroso fortalecido, cálido y sedoso, que refresca y limpia la boca, ideal para postres gracias a su aroma de confituras y especies y a su buena acidez.

LA PIZZA LO ACEPTA CASI TODO


"Si la escogemos con mucha presencia de quesos sería interesante optar por un blanco fresco y fácil, con algo de lías, aunque sin crianza", explica Marco. Por el contrario, si nos van estas pizzas barbacoa, o con verduras, un buen tinto joven, con poca estructura, puede funcionar a la perfección. "Un Rioja joven bien suavecito; o un Buena Pinta, un vino elaborado en Castilla-La Mancha con una interesante variedad autóctona: la Moravia Agria".

LAS GAMBAS, TAMBIÉN


El albariño no es el único compañero de viaje posible de las gambas, que pueden entenderse también con un tinto suave. Si deseamos romper con lo establecido y desafiar el maridaje tradicional podemos apostar "por algún vino de California o Nueva Zelanda, o un Pinot Noir de Borgoña, incluso con un Frappato siciliano, todos ellos suaves y delicados", afirma Marco, quien insiste que esto solo vale en el caso de las gambas rojas típicas de Denia o Palamós. "Si hablamos de la clásica mariscada con marisco hervido, entonces sí tendríamos que ir a por el blanco tradicional", asegura.

¿Y PARA EL HELADO?


"Si es cremoso podemos apostar por un vino de hielo, elaborado con uva helada muy dulce; mientras que para los sorbetes lo ideal es un Moscato d'Asti, un vino dulce y espumoso, poco alcohólico, que podemos maridar incluso con una macedonia de fruta", explica Marco. ¿Que estamos transgresores y tenemos entre manos un sorbete de fruta? Tendremos que probar la sidra de pera, "de burbuja sutil, cargas carbónicas muy bajas y azúcar moderado".

RESALTAR LOS ENCURTIDOS


No es obligatorio acompañarlos de vermut, ya que tanto Finos como Manzanillas se llevan estupendamente con los escabeches. Incluso el cava o el champán funcionan muy bien con las conservas frías. Las tapas calientes tradicionales, desde las croquetas a bravas, pueden maridarse con cervezas artesanas al estilo Nora, elaborada con kamut.

NADA DE SAKE CON EL SUSHI


El plato estrella japonés siempre conviene juntarlo con blanco, champán o cava y, si queremos transgredir, con un buen Franciacorta de la Lombardia italiana, un vino espumoso de gran nivel.

¿Y LOS CÓCTELES?


Los amigos combinados son tan gastronómicos como cualquier vino, aunque a menudo ese aura de seriedad y complejidad que rodea al mundo de la coctelería nos impida hacer lo que verdaderamente nos apetece: pedir unos berberechos con el mojito, unas olivas con el Dry Martini o unas almendras con el Whiskey Sour. Todas ellas son combinaciones fantásticas, según Marco, al que pedimos para acabar que nos recomiende una delicatessen desconocida para tomar a palo seco, en casa, a media tarde. "Una sidra Poiré Granit biodinámica elaborada por Eric Bordelet, realizada a partir de manzanas y peras, un licor de unos 3,5 grados y, sin duda, el mejor espumoso de verano que conozco", asegura. ¡Pues con ella brindamos por el fin de los maridajes tal y como los hemos entendido hasta ahora! ¡Salud!

LAURA CONDE 

Fuente: Vanity Fair

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