El Gourmet Urbano: Panadería de Miami le gana la batalla a Starbucks por el café cubano

miércoles, 10 de agosto de 2016

Panadería de Miami le gana la batalla a Starbucks por el café cubano

  • El contrato de arrendamiento de la panadería le prohibía vender cualquier cosa menos café americano tradicional
  • Starbucks tenía los derechos exclusivos de café en el centro comercial
  • Los clientes protestaron en las redes sociales, por lo que la panadería se ganó derechos limitados de café

Una pastelería cubana que perdió la primera batalla en una guerra de café con Starbucks en los tribunales, se recuperó llevando el asunto a las redes sociales. Y el viernes, Pinecrest Bakery declaró victoria al servir cafecitos cubanos.

Efraín Valdés, dueño de Pinecrest Bakery, explica cómo logró que se le autorizara de nuevo a vender café cubano en uno de sus locales pese a la oposición de Starbucks. Emily Michot emichot@miamiherald.com


La pastelería, ubicada en el mismo centro comercial de South Miami que un Starbucks, tenía prohibido en su contrato de arrendamiento vender cualquier cosa que no fuera café americano tradicional.

“¿Quién puede comerse un pastelito sin un cafecito? ¿O una tostada sin un café con leche?”, dijo la codueña Gladys Valdés. “No puede haber uno sin el otro”.

La pastelería comenzó una campaña en los medios sociales para recuperar su derecho de servir café, con Starbucks en la mira. Los mensajes publicados en Facebook fueron compartidos por miles, y animaban a los clientes: “¿No pueden tomar café? Díganle a Starbucks”. En la página de Starbucks dejaron cientos de reseñas de una sola estrella.

Efraín Valdés, dueño de Pinecrest Bakery, explica cómo logró que se le autorizara de nuevo a vender café cubano en uno de sus locales pese a la oposición de Starbucks.Emily Michot emichot@miamiherald.com

En el 2013, Gladys y Efraín Valdés, propietarios de seis pastelerías en el sur de la Florida, querían abrir otra en el centro comercial en Dixie Highway. Firmaron un contrato de arrendamiento que indicaba que sus ventas de café no podían exceder el 10 por ciento de las ventas brutas porque Starbucks tenía derechos exclusivos sobre el café en el centro comercial.

Meses más tarde, el administrador del centro comercial pidió a Valdés y a su esposo que firmaran un arrendamiento que les prohibía vender café, excepto el tipo americano tradicional.

“Era eso o teníamos que cerrar”, dijo Efraín Valdés. “Decidimos quedarnos y luchar”.

En junio del 2014 los Valdés fueron al tribunal y perdieron.

“En ese momento no había nada que hacer”, dijo Efraín Valdés.

Poco después el centro comercial fue vendido.

“En ese momento vimos la oportunidad de volver a vender nuestro cafecito, así que lo hicimos y nos fue bien”, dijo Gladys Valdés.

El negocio volvía a marchar bien, hasta el martes, cuando abogados de Starbucks amenazaron con demandarlos.

La pastelería se vio obligada a deshacerse de todas las cafeteras y la actividad comercial bajó de inmediato más de 25 por ciento, dijeron los Valdés.

Los clientes, furiosos, llevaron el asunto a las redes sociales, presionando a Starbucks con reseñas negativas. Pocos días después, el administrador del centro comercial propuso regresar al contrato anterior, con la cláusula del 10 por ciento.

MONIQUE O. MADAN

Fuente: El Nuevo Herald

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