Ascaso presenta en sociedad la nueva imagen de dos de sus productos de alta chocolatería.
Dejar fundir en la boca los bombones de Ascaso es algo más que un placer para los amantes del chocolate. Es, además, asomarse a los mitos de los cacaos más puros y con más historia, algunos que, incluso, revolucionaron la historia de este lamín universal.
Bombones de Ascaso y chocolates de Valrhona.Francisco Jiménez
Los bombones Tops, delicias rellenas de pasta de pistacho, naranja, coco, café o vainilla de la más alta calidad (además del de yema, creación exclusiva de Ascaso), se presentan ahora en una elegante caja cuadrada, azul con letras doradas. El pan de Guanaja, una suerte de pastel ligerísimo realizado con chocolate guanaja, un mito en el mundo del cacao por su pureza, va en una caja fucsia con tapa transparente.
La puesta de largo de la imagen de estas dos delicias fue, de paso, un recorrido por las creaciones del maestro chocolatero de Ascaso, José Antonio García Álvarez, para quien la clave de estas 'delicatessen' artesanas está "en el equilibrio de los ingredientes" y en las altas calidades del producto utilizado. Con especial atención, claro, al chocolate, que en Ascaso es el de la firma francesa Valrhona, una de las mejores del mundo.
Las posibilidades a la hora de elaborar bombones son muy variadas, pero en Ascaso creen que no infinitas: "No somos partidarios de mezclar por mezclar, hay que buscar el equilibrio", dicen. En cualquier caso, su catálogo de bombones es tan variado como original: los hay de té verde y vainilla de bourbon, de maracuyá y pimienta rosa de Madasgascar, de castaña y caramelo o de sabores tan aragoneses como la albahaca, el melocotón o el tomillo. Entre los objetivos de Ascaso, también, el de fomentar el bombón como un postre cotidiano, como sucede en otros países europeos, y sacarlo del ámbito estacional para que se consuma en verano.
Ana Usieto
Fuente: Heraldo
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