A raíz del lanzamiento de la categoría de café instantáneo o soluble de Starbucks VIA Ready Brew, que utiliza la tecnología de Micromolido de café tostado, uno de nuestros clientes me planteó la pregunta acerca de la diferencia entre el café soluble y el café en prensa francesa: ¿cuál es la mejor opción? La respuesta a esta pregunta es compleja y en realidad se relaciona con la situación, el momento y las preferencias de cada consumidor de café, pero sobre todo con el tiempo disponible para prepararlo.
Si bien el café es la segunda materia prima más comercializada alrededor del mundo después del petróleo, en realidad es el té (camelia sinsensis) la bebida más consumida en el planeta, evidentemente gracias a que gran parte de la humanidad vive en el continente asiático, cuna del árbol de té.
Sin embargo, otro aspecto que llama la atención en esta ecuación es la simplicidad y practicidad que presenta la preparación del té en comparación con el arte de preparar una taza perfecta de café. En promedio una taza de té se puede preparar en 5 minutos, mientras que una taza de café, dependiendo del método que utilicemos, nos puede requerir hasta 12 minutos, considerando los pasos requeridos antes de la extracción misma del café, como pesar el café o molerlo al grado adecuado.
Al preparar café es necesario cuidar la frescura del grano, la calidad y temperatura del agua que estamos usando, el nivel de molido de acuerdo al método de preparación que vamos a utilizar y la proporción de café necesaria (al menos 10 gramos por cada 180 ml de agua pura). Estos cuatro factores que deben ser considerados al preparar café han permitido la proliferación de diversos métodos de extracción que aportan riqueza a la cultura del café y lo convierten en una de las bebidas con el mayor nivel de diversificación en el mundo. Esta característica le ha permitido a la cultura de tomar café tener un importante componente de innovación y creación de valor.
Cuando hablamos de creación de valor, la historia del café puede ofrecernos verdaderas cátedras al respecto. Un claro ejemplo es el desarrollo del café instantáneo, un componente básico de la dieta de las fuerzas armadas de diferentes ejércitos del mundo durante la Primera y Segunda Guerra Mundial. El desarrollo del café instantáneo es atribuido a Satori Kato y George C. Louis Washington, quienes de forma independiente desarrollaron las primeras técnicas para preparar café instantáneo durante la primera década del siglo XX. La generalización del consumo de café instantáneo en América sucedió poco después del final de la Segunda Guerra Mundial en parte gracias a la practicidad de su preparación.
Hoy en día existen varios métodos de elaboración de café instantáneo, algunos ejemplos son el café instantáneo preparado usando cloruro de metileno, uno de los métodos más extendidos. Otro método es la liofilización basada en la eliminación del agua por sublimación. En el mercado también es posible encontrar líquidos de café concentrado y concentrados preparados a partir de la extracción en frío del café denominada Cold Brewing.
Finalmente, la tecnología del Microgranulado o Micromolido que utiliza café puro para la fabricación de polvos altamente solubles es una de las tecnologías que está ganando la preferencia del consumidor gracias a que en su fabricación no se utiliza ningún método químico y a que presenta un perfil de sabor, aroma y cuerpo mejorado que resulta prácticamente igual al de una taza de café recién preparada.
A nivel mundial las categorías de café instantáneo y sobres de café dos en uno (café + saborizantes), así como las cápsulas, crecen en ciertos mercados a tasas anuales de casi 20 por ciento, sobre todo en países asiáticos. En los países productores, el crecimiento del consumo de café aun está enfocado en las Coffee Shops, sin embargo el potencial de consumo de café en el hogar es enorme en estos países gracias al fortalecimiento de las clases medias. Si bien el café hoy en día no nos mantiene despiertos en una trinchera o en un puesto de control como lo hacía durante la Segunda Guerra Mundial, sí forma parte de nuestro ritual matutino y la posibilidad de preparar una gran taza de café en tan solo 30 segundos contribuye a la creación de valor para los consumidores de café.
Quizás no hay un mejor método para preparar café, sin duda el mejor método es el que más se adapta a tu estilo de vida, algunas veces más pragmático y otras veces más indulgente y sofisticado.
Fuente: elfinanciero.com.mx
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