El Gourmet Urbano: Tarot y gastronomia por Valentina Inglessis: La suma sacerdotisa, el misterio, la ostra la perla, otro misterio

domingo, 16 de junio de 2013

Tarot y gastronomia por Valentina Inglessis: La suma sacerdotisa, el misterio, la ostra la perla, otro misterio

Los bivalvos son una clase de moluscos, generalmente marinos, que presentan un caparazón con dos valvas laterales. Las ostras pertenecen a éste tipo de animales bivalvos y están consideradas uno de los mariscos comestibles más apreciados.

 

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Son muchas las recetas que se preparan con ostras: gratinadas, con limón, al vapor, en salsas, en pastas. Para mi gusto lo mejor es comérselas cruditas recién abiertas a la orilla del mar. Siempre que veo abrir una ostra, me maravillo, hay algo misterioso, exquisito y fascinante escondido en esas dos valvas de apariencia incluso desagradable.

El número dos, es un número puro y desde el punto de vista del tarot significa acumulación. En el interior de esas valvas está acumulado algo .En el caso de las otras un divino tesoro.

 

El arcano número dos es la Sacerdotisa, La Suma Sacerdotisa o la Papisa es quien ostenta el conocimiento superior solo en parte revelado y que será descubierto al sondear en nuestros propios recursos internos.

 

La sacerdotisa es el símbolo de la pureza total, revela en nosotros la parte intacta que nunca ha sido herida ni tocada, ese testigo virginal que llevamos dentro, a veces sin saberlo y que representa para cada uno de nosotros, un pozo de purificación y de confianza, un bosque virgen por explotar.

 

La papisa está encerrada en un templo, al igual que la ostra en sus valvas, simbolizando iniciación, magia. Es la meditadora y conocedora de las verdades más ocultas del ser humano. Ella nos invita a viajar hacia nuestro interior, al autoconocimiento que exige deslastrarnos de juicios de valor, aprender a vernos tal cual somos, comprender y resolver los conflictos internos, la dualidad y los condicionamientos del ego. La sacerdotisa es un canal de sabiduría, que comunica con La Deidad, es la mujer sabia que cuida el templo, el ámbito sagrado donde se gestan los designios de la creación, así como la ostra cuida su perla, ese tesoro que se gesta en su interior.

 

En el tarot de Rider Waite, la sacerdotisa está coronada con la corona de Isis, diosa lunar egipcia, su tapete tiene figuras de granadas, la luna está bajo sus pies, las aguas profundas a sus espaldas, todo ellos resumiendo el simbolismo de lo femenino y de lo más profundo de su mente. Está sentada entre dos columnas una blanca y otra negra, que ostenta las letras B y J, respectivamente, que simboliza lo masculino y lo femenino. La sacerdotisa, el número II, está consciente de los opuestos, no se parcializa, ni los considera antagónicos, ha superado el conflicto de la dualidad.

 

Lleva un pergamino en sus manos, con lo cual su destino es el estudio y el conocimiento, aunque como no está abierto, se puede interpretar que el pergamino es ella misma, esperando que vengan a descifrarla, que la despierten. Así como está la ostra en el mar, esperando que la encuentren, que la abran que la descifren. Por eso vive en el mar, en las aguas, en nuestro origen.

 

La papisa representa una mujer de elevada talla espiritual, una terapeuta, una guía, sea cual sea su edad, y que en el amor está dispuesta a formar una pareja basada en la unión de las almas. Ella ha hecho una alianza con ese misterio llamado Dios. Vive en el mundo de la energía divina. Palpita con toda la materia, bajo sus pies toda la materia se estremece.

 

Podemos llegar a identificarnos en la sacerdotisa solo desde la dimensión intacta y sagrada de nuestro ser, desde nuestra esencia virginal. Ella nos recuerda que nuestro sufrimiento es impuro, que nuestro pasado es impuro, porque la impureza es una ilusión, así como la culpa. Nos invita a aceptar el esplendor virginal de nuestro ser, a entrar en contacto con nuestro centro intacto. Nos llama a unirnos con La Deidad para que nuestras debilidades y nuestras dudas desvanezcan. Nos invita a habitar nuestro cuerpo como algo sagrado, no recuerda que nuestro cuerpo es nuestro templo.

 

Y dice ella: ” no poseo ningún secreto, pues estoy vacía. Me doy a Dios, que es el único secreto” ( A Jodorowsky ).

 

Así pues, en esta ocasión no hay ninguna receta que dar, pues como se comentó al comienzo , la mejor manera de comerse una ostra es…..en su estado más puro y virginal….recién abierta, desvelando su misterio, que no es otro que el de cumplir su función de entregarse en un acto de amor…….

 

Espero que hayan disfrutado esta entrega, los espero la semana que viene para seguir conociendo los caminos de la gastronomía y el Tarot.


Valentina Inglessis
Chef Instructora.

 

 

 

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